lunes, 30 de septiembre de 2013

Capítulo 3.

   Lola era una chica extrovertida, morena y con unos bonitos ojos negros. Llamaba la atención en ella sobre todo su enorme pecho (Ya..., ya sé que tendría que haber sido un poco más sutil pero ahora mismo no se me ocurre otra manera de decir que tenía las tetas grandes. ¿Qué quieres? Ya avisé en su momento que no soy escritor) y aunque yo no diría que estaba gorda, siempre vestía ropa muy holgada.
   Después de decirme aquello se había quedado pegada a mí con la cabeza apoyada en mi hombro y su pecho oprimía el mío amenazando con dejarme sin respirar; Al menos eso sentía yo, que me faltaba el aire, no sé si por el contacto con su cuerpo que empezaba a ponerme nervioso (¿Esta vez si he sido sutil eh?) o porque no sabía como reaccionar ante lo que me había dicho. Ya os dije antes que yo era muy tímido, seguro que en ese momento, si no fuese por que no tengo asas podrías confundirme con una bombona de butano. Me quedé mudo.

   - Ha llegado Marta - Dijo de repente - Tengo que hablar con ella.

   - Yo me tengo que ir, he quedado con Fran para tomar algo.

   - Vale... Nos vemos.

   Y dicho esto se marchó corriendo en dirección a la barra lo que daba por terminada nuestra conversación, aunque en mi cabeza todavía sonaba la frase "una como yo" una y otra vez. Estaba claro lo que había querido decir ¿No? ¿Lola y yo? Nunca pensé que ella tuviera ningún interés en mi, y yo tampoco había pensado en ella de esa manera, éramos amigos desde... siempre. Además ¿Ahora? ¿Tenía que ser ahora? ¡Joder! Y me soltaba eso y se marchaba ¿Y ya está?
   No me atreví a detenerla, aunque de haberlo hecho tampoco hubiese sabido que decirle, en cierto modo daba gracias a que se hubiera ido, eso solucionaba mi problema al menos momentáneamente.

   Voy a presentarte a los de la barra, aunque conocerlos o no conocerlos no tiene la menor importancia en la historia, así que no te preocupes si te haces un lío con los nombres. Incluso te animo a saltarte el próximo párrafo. Allí estaban entre otros:

   Marta, una chica encantadora y muy guapa, seguramente la mejor amiga de Lola.
   Mari, la "mari-macho", todos estábamos convencidos de que era lesbiana pero nadie lo sabía con seguridad pues no se le conocía pareja pero tampoco nadie se atrevía a preguntárselo.
   Cris, "la imbécil", perdonad el calificativo, sé que no está bien hablar así de la gente cuando no está delante, pero yo no la soportaba y el sentimiento era mutuo, ella tampoco me soportaba a mí; Siempre conseguía hacer que me sintiese mal la muy zorra, y pido disculpas de nuevo si alguna pobre zorrita se ha sentido ofendida.
   Rosa, una mamá con solo veinte añitos que en realidad ya era mamá desde los quince. Rosa era la típica chica que siempre parecía estar disponible, atractiva y provocadora, muchos decían que su hija con cinco años era más madura que la madre, pero pocos eran los que le decían que no cuando ella se mostraba interesada. Por lo que pude ver le había tocado el turno a Carlos, un amigo, pues se la veía muy pegadita a él. Hacía tiempo que no le veía, éramos buenos amigos en el instituto pero como se marchó a estudiar fuera no habíamos vuelto a hablar desde entonces, y de eso ya hacía casi dos años.
   También estaba Sonia. Al verla pensé en acercarme pero esa idea me duró solo un segundo, enseguida me pareció que no era el momento. Todavía daban vueltas en mi cabeza las palabras de Lola y además... había dicho que me tenía que ir. Cogí el camino de la puerta con paso decidido mientras saludaba a Carlos llevándome la mano a la cabeza al estilo militar, el levantó la copa sonriente, señal que todavía me recordaba.

   Necesitaba una copa y desconectar un rato. Las preguntas se amontonaban en mi cabeza y tenía que hablar con alguien, necesitaba un consejero. No tardé en encontrar a Fran, él y otro amigo estaban cerca de la entrada pasando revista a las niñas que entraban y salían. Entre risas, como era habitual en su compañía, bajamos por el pueblo parando en cada local que encontrábamos al paso, pero no encontré el momento para sacar el tema sobre el que quería hablar, y hablando de cosas sin importancia, entre cerveza y cerveza, fue pasando la noche. Lo dejé correr.

   A eso de las seis de la mañana terminamos en las puertas del Caelum, un café que abría a esas horas con churros y croasanes calentitos, donde solíamos terminar la noche o empezar el día, según se mire. Recuerdo que nos sentamos al fondo del local y mientras nos tomábamos un café vi como SóniaLola y Marta entraban y se sentaban en la otra esquina. Me quedé un rato mirándolas hasta que me di cuenta de que mis compañeros habían dejado de hablar y me miraban a mi. Fran dió un sorbo a su café sin dejar de mirarme, miró a las chicas, me volvió a mirar y dijo en voz baja:

- Vamos a ver Jose... ¿Cuando cojones piensas entrarle a Lolita?



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6 comentarios:

  1. Yo creo que solo oí lentas en la disco con...13 años o así, un san valentín que en horario lectivo se hizo una fiesta en la discoteca del pueblo...tengo un vago recuerdo, creo que la cosa había sido así, en horas de clase pero tampoco estoy muy segura, desde aquella...nunca mais!

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    1. Eres muy joven Cocci. o vivimos en mundos diferentes. Bueno... joven serás vivas donde vivas. ;)

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    2. Igual soy muy joven (30años ya no son para la llamarme jovencita)... pero viví en dos mundos, primero en Suiza, y allí cuando hacíamos una fiesta se bailaban 20 lentos por cada marchosa, y bien agarraos, no he conocido a preadolescentes más salidos. Mi lento preferido era "Heal the world". Aquí se bailaba un lento de cada 20 marchosas, y nadie bailaba solo los namoraos.

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    3. Bueno jovencita, pues aquí cuando tenía tu edad dejaría de hacerse, pero en mi juventud, aunque tampoco me llamaban jovencita por aquel entonces, en las discos era habitual terminar con una sesión de lentas, y bailaba todo el mundo, los namoraos, los salidos, y demás especimenes.

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  2. Es curioso, alguien te suelta "sabes que le gustas a..." y de la noche a la mañana y sin darte cuenta, empiezas a mirar de forma diferente a esa persona mencionada.
    ¡Qué cosas, eh! :)

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    1. Verdad. Un dia alguien te mira con interés y de repente ves cosas en ese alguien que no viste hasta ese momento.

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