lunes, 30 de diciembre de 2013

Capítulo 16

   Cuando nos subimos al coche creo que los dos sabíamos a donde nos dirigíamos. La verdad es que ella lo sabía mejor que yo, que andaba un poco perdido por aquellos lugares, así que me dejé guiar. Ella fue marcando que dirección tomar en cada cruce hasta que llegamos a un lugar solitario y oscuro donde el camino se acababa. Allí me mandó parar.

   - Esto no es tu casa – La verdad es que hay ocasiones en que me sorprendo a mi mismo, que capacidad de deducción.

   No dijo nada, se limitó a sonreír, y después de darme un beso, saltó con agilidad hacia el asiento de atrás, desde donde me hizo un gesto para que yo hiciese lo mismo. No sé porqué me sorprendió, como dije antes, los dos sabíamos a donde íbamos. No era la primera vez, ni la segunda - En realidad era la tercera – así que no me entretuve demasiado; yo también sabía que en el asiento de atrás íbamos a estar más cómodos.

   Casi sin hablar, en realidad no podría hacerlo pues su lengua me lo impedía, me revolví hasta quedarme tumbado debajo de ella. Me rodeaba con sus piernas, y sus labios, más que besar mordían los míos. Demasiada pasión para mi gusto. No tardó ni un segundo en desabrochar todos los botones de mi camisa, decía que le gustaba mi pecho. Dejé que mis manos se perdiesen bajo su falda, acariciando sus muslos y subiendo muy lentamente. Intentaba ir despacio. Quería ir despacio; tanto que pedí disculpas y retrocedí cuando mis manos encontraron lo que buscaban. Me encantan las chicas que toman la iniciativa, e Inés, que otra cosa no tendría pero de iniciativa andaba sobrada, atajó mi timidez con solo una frase:

   - ¿Acaso yo te he dicho que parases?

   Tengo que reconocer que en las distancias cortas, y mientras me miraba de aquella manera, la chica ganaba mucho. Me puse a cien, si es que ya no lo estaba, me incorporé para sentarme y agarrarla con más fuerza de las caderas. Tenía todo lo necesario, justo allí al lado guardaba un par de preservativos desde hacía meses. Sí, me parecía patético ver como los condones de mis amigos caducaban en sus carteras o bolsillos, por eso yo nunca los llevaba encima, si caducaban lo harían en su sitio, el bolsillo de atrás del asiento del copiloto.

   Cuando eres joven no sé quién es el que te convence de que la primera vez tiene que ser especial. Será lo que te cuentan las revistas, será la tele, no sé… (A veces son los papás; yo pienso contarle el mismo cuento a mi niña. No me mires así... tú harías lo mismo ¿O no?) Esperas poder compartir ese momento con el amor de tu vida, con esa princesita con la que dicen que después comerás perdices y todo eso… En ese momento se abrirán los cielos, habrá fuegos artificiales… oh… Que bonito. Todo mentira. Cuantas horas de sexo desperdiciadas, cuantas experiencias sin realizar, cuantos momentos sin vivir, para que después un día llegue tu princesita y te diga: “lo nuestro no funciona” “Ya no confió en ti” o “No siento que me quieras”. Puta tele, putas revistas, putas novelas de amor… Puta vida.

   En fin… perdona, que me pierdo. Te contaba que según van pasando los años, y ves que ese momento con esa persona especial no llega, empiezas a impacientarte y replantearte el tema. Yo había estado muchos años esperando a mi princesita, quizás demasiados, y creí que aquel momento era tan bueno como cualquier otro. ¿Qué más podía pedir? La tenía allí; encima, húmeda, caliente, dispuesta…

   ¡Solo un idiota no se la follaría!

   ¿Buscabas un idiota? No busques más, ahí estaba yo.

   Te juro que fué difícil contenerse. Ella se frotaba contra mí en un ir y venir constante, y era una chica lista, había encontrado el punto exacto donde frotarse. Quería quitarmelo todo y entrar dentro de ella, pero cada vez que estaba a punto de lanzarme algo en mi interior me lo impedía. Mi cuerpo decía que sí, que tenía que hacerlo ya, que era el momento, pero mi mente decía no. No me fiaba de ella, no podía hacerlo. Sin embargo, físicamente estaba a punto de... explotar, nunca mejor dicho. Los dos estábamos totalmente entregados y tuve que pararla unos segundos; la agarré con fuerza y me mordí los labios para frenarme y no... terminar. Ella se dió cuenta, pero supongo que eso la puso más caliente todavía y ya no pudo parar. Fué la primera vez que una chica se corrió conmigo. Me gustó ver como se deshacía entre mis manos, me sentí poderoso.

   -¿Que te pasa? - Preguntó pasados unos segundos, con la voz todavía entrecortada y casi sin aliento.
   - Nada - Dije, aunque no estaba del todo seguro de que no hubiese pasado nada - Tengo que irme.  

   Esto..., seguimos el lunes ¿Te parece? Será mejor…

10 comentarios:

  1. Siempre me sorprendes... ya pensé que te ibas a quedar sin final "feliz" :)
    Que tengas un buen comienzo de año... te leo en el 2014

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    1. Es que cada vez que leo algo que he escrito tengo que editarlo, es superior a mí. Feliz 2014 reina.

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  2. ¡Uy! Ese "nada, tengo que irme" me deja un poco mosca.... no sé yo... a ver cómo resuelves el lunes.

    ¡¡FELIZ AÑO !!

    Un beso ;)

    (Tienes una manera fresca y natural de escribir que me encanta. Me gusta leerte, que lo sepas.)

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    1. Oh! Grácias. Y a mi me gusta que te guste Ababol, y sobre todo que me hagas compañía. Cuando no viene nadie por aquí me siento muy solo. Un beso y feliz año nuevo.

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  3. O sea...NO...pffff!! Estoy de acuerdo contigo, esas historias de que tiene que ser especial son un bulo. Entregar la virginidad es una mierda, los habrá que lo vean como algo bonito y especial, a mi me hubiera valido con cualquiera después de ver de qué se trataba...Bueno cualquiera con algo de tacto, pero no surgió la ocasión o mejor dicho, debí topar con alguno como tú que no quiso aprovechar la ocasión jajaja. Ser menor de edad (17...tampoco tan menor) podría haber influido también...o quizá sus condones habían caducado?
    Al final los especiales...vienen más tarde, donde va a parar! Muchísimo mejor ahora!
    Te tienes que ir?? Otra veeez??? Menudo semental! jajaja

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    1. Siempre me hizo gracia aquel que salia en la tele presumiendo de haberlo hecho 7 veces en una noche. Claro que hace 20 años de eso... Bendita juventud.

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  4. Esperaremos al lunes, no nos queda otra

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  5. Vine el otro día y te ví muy " ocupado ", me fuí sin molestar...¿volviste en coche, o te sacó de un empujón?
    Besitos

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    1. Tú nunca molestas.
      El coche era mio, la llevé a casa, no estaba enfadada.
      Era tarde.
      Muy tarde.

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